Un grupo de amigos en Pozuelo

María Martínez de Mora

Lo que empezó como “una aventura” de 5 niños hoy se ha convertido en un referente del ocio para las personas con discapacidad de Pozuelo de Alarcón. La Asociación de Discapacitados de Pozuelo (ADIPO) comenzó su andadura en el 2000, hace ya 13 años. Una madre de dos niños con discapacidad, Carmen Olea, pensó que sus hijos necesitaban algo más que las actividades extraescolares o las salidas con la familia para disfrutar de su tiempo libre.

Con ese objetivo, Carmen se puso en contacto con otras familias, y más tarde, de forma voluntaria y ahora profesional, se unió  Reyes Hernández, una maestra de Educación Especial que colaboraba con la Fundación Gil Gayarre. Entre todos diseñaron una alternativa de ocio con actividades normalizadas, que pudieran ofrecer a las personas con discapacidad de Pozuelo. “Lo que empezó con 4 o 5 niños ahora son un grupo de más de 60 personas”, cuenta Reyes.

Todo comenzó en la casa de Carmen. La madre cedió su chalet en Pozuelo para realizar actividades con los niños. Más tarde, en el 2005, a través del párroco de Santa María de Caná, Jesús Higueras, ADIPO encontró su sitio en uno de los locales que le cedió la parroquia.

Al principio empezó un grupo de chicos adolescentes, pero como respuesta a la demanda de los vecinos, la asociación abrió un grupo de actividades dirigidas a niños pequeños. En la actualidad cuenta con tres grupos de ocio: el de los pequeños con 22 niños, los adolescentes que son 15 y los adultos con 29 personas. “El objetivo era buscar un grupo de amigos que, además de hablar y verse dentro de la asociación, tuvieran conexión fuera”, explica la maestra.  

Las edades de los grupos son bastante dispares, “algo que complica la elección de actividades”, asegura Reyes. “En el grupo de los niños la pequeña tiene 5 años y el mayor 15, una diferencia muy grande”. Esa distancia de edad es aún más notable en los adultos, que van de 19 a 43 años.  “Lo positivo es que, aunque la diferencia de edad es muy grande, entre ellos se entienden y se cuidan mucho”, señala.

Ser amigos

El objetivo de la asociación es que entre ellos sean amigos y compartan sus experiencias como cualquier persona. Sin límites ni barreras. “Ven que sus hermanos, padres y familias se van con sus amistades al cine, al teatro y ellos  no llegan a identificar un grupo de amigos. Con nosotros eso ha cambiado”, comenta Reyes.

Los asistentes a los talleres de ocio quedan entre ellos, se escriben por el móvil para preguntarse cómo ha ido el día y contactan con la asociación para expresar que les apetece hacer el fin de semana. “Hemos conseguido que tengan ese sentimiento, que  cuando vienen con nosotros no están haciendo una salida extraescolar, no están viniendo a una asociación, lo que hacen es quedar con sus amigos”, explica la maestra.

La Asociación de discapacitados de Pozuelo ofrece talleres de informática, cocina, musicoterapia, danza y costura creativa. Además de atender a los socios han abierto  un taller para un grupo de 40 personas que no pertenecen a la entidad.