"Me quedo vacía para dejarme atravesar por las cosas que no me pertenecen"

María martínez de Mora

El arte de las tres dimensiones llego a Marta Santos en la calle, en los rincones escondidos donde otros no miran, incluso esquivan, ella se inspira para crear. La artista busca en la basura, en las chatarrerías, en cualquier lugar donde un objeto haya sido apartado de su uso y lugar, para recuperarlo y darle una nueva vida.

Marta es madrileña y ha estudiado psicología en la Universidad Autónoma de Madrid. Hasta hace 12 años, toda su vida ha estado ligada a las empresas, pero desde 2001 divide su tiempo “al 50% entre la consultoría y la escultura”.

Lo que hasta ahora era su pasión se convirtió en uno de sus objetivos más importantes. “Di el salto al vacío para dedicarme a lo que siempre había querido”, explica Marta.

Hasta ese momento, el arte para Marta se había manifestado en forma de pintura y acuarela. Pero en ese año buscó “el espacio y el tiempo” para dar forma a sus emociones.  Ellas y “una necesidad interna por expresar” fue la fuente de inspiración de la escultora. “Cuando descubres la energía que esa actividad te da y lo importante que es para ti, te das cuenta de que ese es el camino que tienes que tomar”, señala.

El arte para Marta no es algo exclusivo, sino algo sencillo que es de todos. “Todos somos artistas, todo el mundo nace artista”, explica.  “Lo único que hay que hacer es buscar el espacio y el tiempo para poder sacarlo de uno mismo”.

En la actualidad vive en Marsella, en donde ahora tiene una exposición, `Atando Cabos´, en la Galería Invisible. Marta ha expuesto en París, Toulouse y Castellón, pero es la primera vez que lo hace en Madrid. Boadilla del Monte fue la localidad escogida gracias a su hermano y su cuñada. “Ellos viven aquí  y me dijeron que tenía que traer mis obras al municipio”, cuenta.

Mis criaturas

Las figuras o “criaturas”, como las llama la artista, son objetos perdidos en el olvido que están apartados en un rincón. “Los encuentro en el chatarrero, en la basura, en la calle. Son cosas que la gente tira”, señala Marta.

Una de sus últimas piezas expuesta en Marsella es una ventana antigua, vieja de madera, que “encontré en la calle y que he limpiado y tratado para crear una obra”.

Los materiales que usa la escultora son hierro, madera, telas, cuerda e incluso cera de abeja. Con este material ha creado figuras como `Europa´, `Paternidad´ y  `El vuelo´. “La cera la utilizo como barniz y a veces la mezclo con parafina. Es cera virgen que la aplico con pincel”.  En `El sueño´, una de sus “criaturas”, podemos ver una mezcla de cera de abeja con papel japonés.

Creación improvisada

Marta no parte de una idea concreta, no busca la inspiración. “Me quedo vacía para dejarme atravesar por cosas que no me pertenecen”. “No hago bocetos, no sé lo que voy a crear al principio”, asegura.

Las obras de Marta no salen de la cabeza sino de las emociones. “No parto de una idea cerebral. No es un arte conceptual es un arte de tripas, una conexión con el subconsciente colectivo que son las memorias que tenemos todos”.

El objetivo de la escultora es que los que vean sus obras se inspiren para crear cosas nuevas. “Una de las cosas que más me interesa es lo que ellos perciben de lo que ven”, subraya.

Marta ha viajado por todo el mundo, solo le falta por conocer Australia y China, pero si tuviera que volver a algún lado sería a Vietnam.

Su manía es limpiar el taller siempre antes de empezar una obra y buscar objetos nuevos.  “El proceso es como la caza de tesoros, la búsqueda de cosas nuevas que me lleven a viajar y a hacer una pieza nueva”, señala.

La exposición de Marta Santos estará hasta el 15 de junio en el Auditorio Municipal de Boadilla del Monte. Los visitantes podrán ver una muestra de las “criaturas” de Marta Santos desde su primera colección hasta hoy. Una oportunidad para conocer el recorrido de todas las figuras abandonas en su pasado y recuperadas para contar una nueva historia.